Siempre te consideré una persona muy íntegra y muy fuerte, capaz de superar cualquier obstáculo por muy enorme que fuera, lo que nunca imaginé es que algún día ese obstáculo a superar iba a ser yo... Aún es demasiado pronto para que las heridas que te he provocado hayan cicatrizado; heridas que se estaban cerrando muy poco a poco y que por desgracia se han vuelto a abrir para volver a sangrar, y de nuevo por mi culpa. Sé que pensarás que no es normal en mi, que es demasiado pronto para que yo esté ya con otro, pero hay muchas cosas, bueno demasiadas, que escapan a tu control y que desconoces. Lamento que el descubrimiento casual de este hecho te haya lastimado tanto, pero yo ahora tengo una vida lejos de ti y tú tienes la tuya lejos de mi, y quiero vivirla y disfrutarla. Tal vez esperes, aún sabiendo lo que ya sabes, que cuando nos veamos sea yo misma quién te lo cuente, que te diga que estoy con alguien, pero no lo voy a hacer aunque te decepcione una vez más, no lo voy a hacer porque el dolor que sientes por haberlo descubierto no es nada comparado con el que puedes llegar a sentir si escuchas la confirmación de mis labios. No sé que va a pasar esa noche en la que nos encontremos cara a cara y él esté alli conmigo y tú le reconozcas, no sé cómo vas a actuar, tampoco sé lo que me vas a decir... y si te soy sincera tampoco es algo que me preocupe demasiado, sólo quiero evitar situaciones desagradables nada más. Tampoco quiero crearte daños innecesarios, pero en este caso es inevitable, no puedo estar escondiéndome de ti sólo para ocultarte lo que ya sabes. Me pediste que no fuera por allí en un tiempo y, aunque te dije que no lo iba a hacer, lo he hecho porque no soporto la idea de saber que le estoy haciendo daño a alguien que en un momento dado ha sido muy importante para mi.
Como siempre se ha dicho: el tiempo cicatriza las heridas, y las tuyas por muy profundas que sean también acabarán cerrándose.
Cuando los recuerdos no duelan me habrás olvidado.