miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nunca olvidaré...

... el sabor de tus lágrimas.

Aquella noche en la que todo era alegría y diversión, aquella noche en la que tú y yo nos veríamos de madrugada, aquella noche en la que íbamos a estar juntos y a pasarlo bien hasta el amanecer... quedó truncada con un amargo recuerdo para los dos... Ella se acercó a ti y sin más que una mirada te besó, aprovechándose de la situación te besó, aún sabiendo que estabas conmigo te besó... momento en el que tu noche comenzó a brillar con menos fuerza. Aún recuerdo cómo me lo dijiste, el miedo a perderme que desbordaba tu mirada, la rabia que sentías porque otra había besado tus labios... Tus lágrimas brotaban con tal fuerza por la rabia que sentías hacia ti mismo, no te dabas cuenta de que tú hiciste lo correcto: no le seguiste el juego. Y aunque me desgarre el alma pensar que otra ha besado esos labios sé que te importo más de lo que nunca me llegarás a decir, sé que nunca entenderás por qué no me enfadé contigo o tal vez por qué no me enfadé en general, pero como siempre te digo la experiencia es un grado, y yo en estos casos tengo mucha.

Nunca pierdas esa sonrisa que me da la vida.

domingo, 17 de octubre de 2010

Una respuesta para ti

- ¿Por qué me quieres?
- Pues... porque si.
- Eso no es una respuesta.
- Te quiero por muchas cosas... por como sonríes cuando te saludo, por como me miras cuando esperas que te responda, por la forma que tienes de morderte el labio inferior cuando no te gusta lo que te digo, por tus mil bostezos al día aunque no tengas sueño, por tu manera de rascarte la nariz, por tus "claro que siiiii" y "qué me cuentas" cuando no sabes que decir, por el morro que le echas para que acabe dándote un masaje, por tu costumbre de quitarte las zapatillas en el cine y en el coche, por tu habilidad para hacer chupetones sin que casi me de cuenta, por tu sinceridad siempre aunque lo que me digas no me vaya a gustar, por ser tan friolero y tener que estar tapado con la manta en el sofá, por tu aficción a las bandas sonoras, por como me vacilas, por tu vicio a los sandys del McDonalds, por como me das la mano por la calle como si fuera algo casual, por discutir conmigo y que no lleguemos a aclarar nada, por tus besos y caricias en mi pelo, porque nadie combina los cuadros con las rayas mejor que tú, por tus superabrazos, por tu indecision continua, por como te peinas despeinado, por la paciencia que tienes hablándome de deporte sabiendo que no me entero de la mitad de lo que me dices, por tus manos que escondes en los bolsillos del pantalón mientras andas... Vaya como me enrollo... Te quiero por ser tú.

sábado, 2 de octubre de 2010

Una y otra vez

Siempre tropiezo con la misma piedra. Piedra con distinta forma, distinto olor, distinto sabor, distinto nombre... pero al fin y al cabo, la misma piedra una y otra vez. Tropiezo, doy un traspiés tras otro, y lo peor de todo es que me gusta estar continuamente tropezando con esta dichosa piedra... quizás por eso no la evito, no la rodeo, aunque no estoy muy segura de si sería capaz de hacerlo.

Tenemos miedo de tropezar con la misma piedra una y otra vez... pero no reconocemos que nos morimos de ganas por volver a hacerlo (yo nunca tuve tantas ganas).

lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Por qué es tan complicado?

Siempre te consideré una persona muy íntegra y muy fuerte, capaz de superar cualquier obstáculo por muy enorme que fuera, lo que nunca imaginé es que algún día ese obstáculo a superar iba a ser yo... Aún es demasiado pronto para que las heridas que te he provocado hayan cicatrizado; heridas que se estaban cerrando muy poco a poco y que por desgracia se han vuelto a abrir para volver a sangrar, y de nuevo por mi culpa. Sé que pensarás que no es normal en mi, que es demasiado pronto para que yo esté ya con otro, pero hay muchas cosas, bueno demasiadas, que escapan a tu control y que desconoces. Lamento que el descubrimiento casual de este hecho te haya lastimado tanto, pero yo ahora tengo una vida lejos de ti y tú tienes la tuya lejos de mi, y quiero vivirla y disfrutarla. Tal vez esperes, aún sabiendo lo que ya sabes, que cuando nos veamos sea yo misma quién te lo cuente, que te diga que estoy con alguien, pero no lo voy a hacer aunque te decepcione una vez más, no lo voy a hacer porque el dolor que sientes por haberlo descubierto no es nada comparado con el que puedes llegar a sentir si escuchas la confirmación de mis labios. No sé que va a pasar esa noche en la que nos encontremos cara a cara y él esté alli conmigo y tú le reconozcas, no sé cómo vas a actuar, tampoco sé lo que me vas a decir... y si te soy sincera tampoco es algo que me preocupe demasiado, sólo quiero evitar situaciones desagradables nada más. Tampoco quiero crearte daños innecesarios, pero en este caso es inevitable, no puedo estar escondiéndome de ti sólo para ocultarte lo que ya sabes. Me pediste que no fuera por allí en un tiempo y, aunque te dije que no lo iba a hacer, lo he hecho porque no soporto la idea de saber que le estoy haciendo daño a alguien que en un momento dado ha sido muy importante para mi.
Como siempre se ha dicho: el tiempo cicatriza las heridas, y las tuyas por muy profundas que sean también acabarán cerrándose.

Cuando los recuerdos no duelan me habrás olvidado.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ahora si

Ahora no, ahora tal vez... Tenía tan claro que la respuesta iba a ser un no que ahora, tras pensar detenidamente los motivos de esa negativa, me cuesta asumir el cambio. Miedo te decía, miedo a volver a lo de antes, a que no salga bien, a la puñetera experiencia que me hace preveer lo que va a ocurrir... Y tú ponías cara de resignación y seguías (y sigues) a mi lado. No creas que no lo he pensado mucho, no soy cobarde, nunca lo he sido, siempre me he enfrentado a mis miedos yo sola superándolos, pero los que afectan al corazón son los más difíciles a los que me he enfrentado nunca, pero lo voy a intentar porque sé que merece la pena. ¿Y ahora qué? Ahora... ahora me toca a mi.

Divagando una noche...

Escribir ayuda a aclarar las ideas... mis ideas están arrebujadas de tal manera que tienen un montón de nudos; igual hay que coger unas tijeras y cortar...

Me duele el corazón.
¿Por qué me duele?
Tengo miedo.
¿Por qué tengo miedo?
Quiero estar contigo, pero qué es lo que me lo impide que siempre te digo que no. Es lo que me quita el sueño, no puedo dormir, imposible.
¿Por qué no me atrevo? Siempre he hecho las cosas en base a mis sentimientos, ¿por qué ahora no? ¿Por qué no dejo de pensar? Y, ¿qué pienso?:

  • Los sentimientos han llegado sin avisar y son muy fuertes (lo tengo que asimilar).

  • Soy tu primera novia o lo seré, y sólo pienso en que se va a acabar pronto (¡Pero si aún no ha empezado! Olvidarlo, mejor vivir el presente).

  • Otras te rondan (bueno y a mi también otros): ¿Celos? puede ser... bueno es (confía en él, te ha demostrado que te quiere, ¿qué más necesitas?).

  • ¿Y si te agobias? (desechando idea, seguro que me lo dirías y que se te notaría).

  • ¿Y si me agobio yo? No quiero ni puedo volver a lo de antes: MIEDO (irracional pero comprensible). Pero no es igual que antes, él no es igual. Me gusta la situación, los dos estamos bien juntos, tenemos la libertad que necesitamos y que queremos, cada uno sale con sus amigos, no es necesario pedir permiso ni invitar al otro donde vayamos, nos ponemos de acuerdo para vernos, nos contamos las cosas, es cariñoso conmigo pero no empalaga, me deja las cosas muy claras (siempre, desde que nos conocemos), podemos salir juntos de fiesta que no nos aburrimos y estamos hasta tarde; me hace FELIZ.
¿Algo más? no. Pues entonces las conclusiones básicas son:

  • Queremos estar juntos.

  • Tengo que superar el miedo y empezar a disfrutar lo que tenemos.

  • No es y no va a ser como antes.
A mi misma: Deja de buscar excusas estúpidas para protegerte, el dolor si tiene que venir va a ser inevitable y lo sabes, por mucho que intentes resguardarte. Además, ya lo has sentido el sábado, que dolió más de lo que pensabas que te podía doler; suponías que te molestaría algo así, pero no sabías que ya te ha calado tan hondo que casi lloras de la punzada que sentiste. Tienes unos sentimientos preciosos hacia él, y él hacia ti también, te corresponde, te ha abierto su corazón del todo, te quiere y seguro que él también tiene o ha tenido miedo al darse cuenta de lo que siente, pero lo ha superado con un par y te ha pedido que estés con él y, a pesar de que le has dicho que no, te lo ha vuelto a pedir y le has vuelto a decir que no, y estoy segura de que te lo volverá a pedir, porque está dispuesto a lo que sea por ti.
Se lo debes y te lo debes. Échale valor y pasa por encima del miedo. Ábrete, disfrútalo, déjate querer, vuelve a sentir de verdad.

AMOR: no puedo dejar de pensar en él, sonrío al recordar los ratos que pasamos juntos, me celo (un poco) cuando sé que intentan ligar con él, no veo el momento para estar con él, el tiempo con él se me pasa volando, tengo sensación de pérdida y vacío al separarnos, miro el chat cada minuto para ver si se conecta, me pasaría la noche hablando con él, me encanta cuando me abraza, su mirada me derrite...

NO SEAS TONTA!!! A qué estás esperando, PÍDESELO TÚ!!!

Escribir ayuda a aclarar las ideas. Ya no me hacen falta las tijeras.

viernes, 27 de agosto de 2010

Y si el miedo me gana este pulso...

Siento miedo, si lo reconozco, tengo tanto miedo que me está matando lentamente. Miedo a sentir lo que siento por ti, porque aún es demasiado pronto para que mi corazón vuelva a latir tan frenéticamente, o eso pensaba yo, porque no sé en qué momento he empezado a quererte tanto. Tengo miedo al dolor, a provocártelo a ti sin darme cuenta por ser una loca que no piensa las consecuencias de sus acciones, y a que me lo provoques tú a mi, porque mi corazón no está listo para volver a quebrarse. Miedo a que te des cuenta de que lo que tenemos no es lo que quieres porque estabas mejor antes de conocerme, tal vez llegue el momento en que te agobies y ya no habrá nada que hacer, se habrá acabado. Miedo a tus sentimientos por ella, a lo que pueda pasar cuando os volváis a ver. Miedo a que todo vaya bien, juntos, y vuelva a entrar en una espiral de la que no puedo salir en la que me siento atrapada, impotente, nula, muerta... ya sé que tú no eres como él pero aún así estoy asustada. Pero a pesar de todo, no quiero perder tus besos, tus caricias, tus miradas, todos los momentos juntos que quisiera que no tuvieran fin. No quiero ni puedo perderte. Apuesto a que si te dijera todo esto el que tendría miedo serías tú...